La enfermera

Hay rostros que lo dicen todo, hay caras inolvidables y hay semblantes que con solo recordarlos nos da un pequeño escalofrío en nuestra columna vertebral.

Hitler con su pequeño bigote, Galtieri y sus ojos de ebrio, Robledo Puch y su cara de niño inocente y por último Ingrid Maria con su fingida y gélida sonrisa, mientras tomaba de la mano a Maradona para llevarlo al control antidoping.

Luego, con el transcurrir de los días nos enteramos que aquella regordeta que capturaba a Diego se llamaba Ingrid Maria, que su apellido lo mantenía en reserva por expreso pedido de la F.I.F.A., que tenía 36 años y lo más interesante de todo: se encontraba divorciada de un argentino!!!!!!!.

“ Diego estaba tranquilo y de muy buen humor. No se mostró molesto ni nervioso. – Recordaba sus tétricos 5 minutos de gloria, la gordita Ingrid, y continuó con el relato de su vida – Tengo una gran simpatía por los argentinos. En mi casa de Sommersville tengo dos casetes de Carlos Gardel ...”.

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